La nueva YBR 125 ED (su version full) salio al mercado con novedades estéticas bastantes interesantes, aunque no muy profundas.
Modernizo claramente su silueta, para ubicarse al tope del segmento en cuanto imagen. No hubo dudas: el centenar de invitados que asistieron al colonial evento en el IMPA coincidieron en que renovada estética era un acierto. Sin implementar grandes cambios, se habis logrado mejorar al look de un modelo que había quedado algo "demode" dentro de la gama de Yamaha. Llegó su lanzamiento al mercado (se mantuvo y mantiene en la actualidad la versión E, con el diseño anterior) y su consecuente aceptación también por parte de los usuarios.
El característico faro delantero enmarca ese inconfundible frente al estilo "Yamaha" que se conserva con el pasar de los años. El depósito, más "puntiagudo" en la zona superior, tiene un plus de capacidad (ahora 13 litros) y acoge a la perfección el diseño de las "cachas", que extienden el logo del modelo mediante una moderna gráfica. Comparada con el modelo anterior, el salto estético es claro: más aire deportivo y familiarización con las motos más importantes de la marca. El carenado se extiende en otra zona plástica de color negro, que discurre por debajo del nuevo asiento y culmina en el afilado colín. Por una cuestión lógica las fotos no permiten apreciarla, pero vale destacar la excelente calidad de la pintura.
Confortable
El asiento es muy generoso y la posición de manejo es ideal: un punto importante al ser una moto utilitaria, pensada para quienes trabajan sobre ella muchas horas por día. Parecería que la zona para el conductor se encuentra algo más baja respecto del modelo anterior, lo que permite que su espalda vaya bien recta (el colín más levantado aporta lo suyo para obtener esta sensación visual). En esto mucho tiene que ver el manillar elevado (cromado y de una pieza), que invita a llevar los brazos relajados, en una posición muy natural. Además, las estriberas están ubicadas bastante abajo, de forma que las piernas no quedan demasiado flexionadas
Una vez arriba de la YBR, lo primero que llama la atención es que aún sigue sin incorporar el corte eléctrico, por lo que para ponerla en marcha hay que presionar directamente el botón de arranque (o utilizar la patada...). No es un punto en contra, pero cuesta acostumbrarse a no ver y manipular este comando. Los puños tienen un correcto grip y dimensiones, y los conmutadores poseen la clásica distribución de botones. Todos ofrecen un funcionamiento intachable y derrochan buena factura. Hay también un muy eficiente trabajo realizado con el cableado, con un recorrido que prácticamente pasa inadvertido.
En autopista es donde esta YBR muestra su peor faceta. Al no poder seguirle el ritmo al tráfico, a veces da la sensación de poca estabilidad (quizás las cubiertas demasiado finas tengan que ver con esto). Por caso, la velocidad final con viento a favor ronda los 105 km/h a una 9.500 rpm. Como nuestra unidad de pruebas apenas tenía un manojo de kilómetros recorridos, creemos que esta cifra puede trepar algún decimal, pero dependerá mucho de las condiciones de conducción.
La historia le juega un papel fundamental: la YBR es una moto muy completa, ideal para quienes buscan un verdadero vehículo utilitario. Tanto para afrontar el yugo diario como para movilizarse hacía diferentes destinos.
Motor
Monocilindrico vertical, 4 tiempos
Transmisión
Caja 5 velocidades
Frenos
Delanteros: Disco simple de 250 mm con pieza de pistón simple
Trasero: Tambor de expansión interna de 130 mm
Velocidad máxima: 110 km/h /estimada)
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