Si quieres encontrarla en el mapa deberás dirigir tu mirada al sur del país, más al sur de Sicilia, una pequeña porción de tierra a medio camino de las costas de Túnez, Malta e Italia: ahí está Lampedusa, donde se encuentra la playa de las maravillas, solitaria, bella y con unos colores casi irreales.
La Isola dei Conigli (en italiano, “la isla de los conejos”) es un islote encantador casi pegado a la costa meridional de Lampedusa, en el centro de una amplia bahía. Está tan cerca que el brazo de mar que la separa tiene muy poca profundidad y se puede alcanzar fácilmente a nado por cualquier clase de bañista.
Suponemos que la fama de su designación como World’s Best Beach provocará la avalancha de legiones de turistas este verano, pero hasta ahora se trata de un paraje virgen de extrema belleza, con aguas puras y cristalinas. Un sueño mediterráneo, como reflejan (aunque sólo débilmente) las imágenes que acompañan este post.
Hay que agradecer a su inclusión dentro del área natural protegida de Lampedusa el hecho de que Isola dei Conigli haya podido conservar su fabuloso aspecto, libre de cemento y de la huella humana, hasta hoy. Más en concreto hay que agradecérselo a la tortuga boba, que viene aquí a desovar una vez al año.
Seguro que estás jugando ya con la posibilidad de visitar esta playa. ¿Cómo puedes llegar hasta ella? Se puede volar a Lampedusa desde los aeropuertos de Catania y Palermo, en Sicilia, que ofrecen vuelos todo el año. Allí se puede llegar a pie o, mejor aun, en barco, con una excursión de un día. Vale la pena para d¡poder disfrutar de un baño en la mejor playa del mundo.
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